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Archivo de la etiqueta: El Greco

De la figuración a la abstracción

1. Imagen de partida. 2 y 3. Distinción de zonas principales: izquierda y derecha, arriba y bajo.
4. Líneas principales de la composición. 5. Superposición de zonas principales y líneas principales. 6. Superposición de zonas principales, lineas principales y zonas de oscuridad.

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La primera parte del curso consiste en intentar traducir algunos formatos alargados de El Greco en Figuras Tridimensionales habitables; se trata de desplazarse desde la pintura a la arquitectura pasando por la escultura. Hemos empezado desde la pintura, interpretando La Resurrección, primero mediante madejas de líneas y luego de manera más libre.

El trabajo de este fin de semana es una preparación para el trabajo de la semana próxima en clase. Se trata de realizar una serie de tres interpretaciones sobre el mismo cuadro que luego se desarrollarán en grande.

Utilizamos como referencias algunas interpretaciones de Picasso sobre diversos cuadros de otros autores. Estas referencias son meros desencadenantes y no tienen por qué ser imitadas pero son un buen ejemplo de una actitud lúdica, desenfadada y productiva…

 

 

El proyecto de arquitectura visto desde el dibujo. Proyectar como configurar.  La arquitectura, un arte de las figuras

Proyectar arquitectura se considera la “espina dorsal” de nuestra profesión y la mayor parte de los conocimientos y habilidades que se aprenden en la carrera se refieren a esa práctica, a proyectar. Sin embargo, el proyecto de arquitectura “se ve” de manera diferente desde cada una de las asignaturas que conforman el currículo académico y cada una de ellas pretende profundizar en algún aspecto del proyecto. Nuestra asignatura de dibujo profundiza en el aspecto configurador, en la producción de figuras, porque para nosotros proyectar es, sobre todo, elaborar figuras tridimensionales habitables y por tanto, aprender a dibujar será, en definitiva, aprender a configurar para proyectar, de manera que resulta difícil establecer una diferencia clara entre nuestra asignatura de dibujo y la de proyectos, aunque esa diferencia existe.

Aprender a dibujar. Tantear, configurar.

Aprender a dibujar implica dos experiencias distintas: una previa, más próxima si se quiere a las Bellas Artes, destinada a iniciar al aprendiz de manera genérica en los comportamientos   creativos y a conocer los rudimentos técnicos,  y otra más especializada orientada ya a la producción de figuras arquitectónicas. Está segunda parte sólo se puede desarrollar, como decimos, proyectando, aunque sea mediante un tipo de proyecto peculiar. En efecto, nuestra manera de acometer el proyecto no pretende tanto un buen resultado final, una figura correcta, como plantear una situación generativa capaz de producir resultados incipientes, gérmenes susceptibles de desarrollarse y convertirse en figuras arquitectónicas.

Complejidad, juego, productividad y rigor.

Este planteamiento busca una alternativa al callejón sin salida en que suele convertirse empezar a proyectar para el aprendiz inexperto. En efecto, producir figuras arquitectónicas con un cierto rigor resulta tan difícil que frecuentemente se opta por plantear como temas de proyectos asuntos sencillos que permitan alcanzar un resultado definido. Pero  paradójicamente, esa búsqueda de la solución final, desatiende la importancia del juego creativo y se bloquea la productividad de los aprendices.

Nuestra alternativa consiste en plantear la configuración como un juego formal exuberante, orientado por supuesto a la configuración arquitectónica, pero liberado de la obsesión por la solución correcta y bien definida, objetivo deseable pero que sólo se alcanzará cuando el aprendiz alcance la madurez suficiente; mientras tanto, se trata de desencadenar la mano y de encontrar placer en el hecho de dibujar/proyectar.

Se trata de articular convenientemente, juego, complejidad, productividad y rigor posible olvidando la ortodoxia arquitectónica para instalarse en campo periférico de las “peri-arquitecturas”, donde dibujo, pintura, escultura y arquitectura interactúen.

Una estrategia de aprendizaje: entre las Artes Plásticas y la Arquitectura.

La Arquitectura y las Artes Plásticas son artes configuradoras y eso las relaciona a pesar de sus irreductibles diferencias. Cada una de ellas produce figuras propias pero con aspectos comunes que permiten establecer trasvases y analogías entre ellas.

En el caso de las figuras arquitectónicas, su naturaleza es muy específica debido a las necesidades que deben satisfacer, por lo que dichas figuras se han generado tradicionalmente desde dentro de la propia cultura arquitectónica, desde las tipologías y las figuras singulares ya producidas. Sin embargo las vanguardias pictóricas y escultóricas de principios del XX ejercieron una gran influencia en la producción arquitectónica a partir del momento en que la pintura y la escultura se acercaron a la arquitectura haciéndose abstractas, haciendo hincapié en la estructura de las figuras. Este cambio de perspectiva hacia la abstracción ha permitido reinterpretar el arte figurativo tradicional en clave abstracta, valorando en él su arquitectónica, la estructura de las imágenes. En consecuencia, no sólo el arte abstracto, sino también el figurativo, reinterpretado a la luz de la mentalidad contemporánea abstracta, pueden enriquecer la producción arquitectónica.

Abrir un campo de juego

No se trata por tanto de trasvasar directamente a la arquitectura las figuras provenientes de las artes plásticas, sino de establecer analogías que permitan interpretar aspectos de la pintura o de la escultura en clave arquitectónica. Se pretende aprovechar la gran riqueza formal de estas artes para desarrollar la capacidad configuradora del aprendiz y para enriquecer el repertorio de figuras disponibles a la hora de proyectar. Se busca, en definitiva de establecer un campo de juego basado en una analogía de doble dirección: arquitectura-artes plásticas, artes plásticas-arquitectura.

La pintura barroca como desencadenante.

Aunque la figura tradicional se transforma en abstracta con el Cubismo, este proceso se produce poco a poco y tiene sus antecedentes en el Barroco, por lo que el estudio de los maestros de esta época permite entender en profundidad la génesis de los cambios que a través sobre todo de Cézanne, desembocan en el Arte Moderno.

Concretamente, la obra de El Greco juega, por su modernidad extemporánea, un papel fundamental en este proceso de cambio. De hecho fue considerado un autor marginal durante siglos, hasta que fue redescubierto por los pintores postimpresionistas y las vanguardias de principios del Siglo XX.

Exploración sistemática de las composiciones.

Para acometer de una manera ordenada el estudio de las obras pictóricas y para poder trasvasar ese estudio al campo de la arquitectura hemos seleccionado una serie de obras en función de su formato: vertical, horizontal y estándar. Ya que las figuras verticales-lineales, horizontales-lineales y centradas constituyen también un criterio de ordenación en la producción arquitectónica.